La historia de éxito de Gabe

diciembre 13, 2014

En el momento en que vi por primera vez a Gabe, supe que iba a cambiar mi vida. No sabía que unos años más tarde se convertiría en una parte muy importante de mi familia, y de mi vida.

Conocí a Gabe cuando tenía cuatro años; estaba bajo el cuidado del Hospital Whittier en Whittier, CA, porque había nacido con numerosas condiciones de salud. Ahora ha llegado el momento de que asista al preescolar, pero para ello hay que hacer arreglos especiales. Desde entonces no me he separado de él.

Como su enfermera, asistí a Gabe todos los días en clase y, naturalmente, me hice muy amiga de él. Le presenté a mi familia y le di la bienvenida de todas las maneras posibles. Sus dibujos ocupan un lugar especial en nuestra nevera y su foto está en nuestra chimenea. Gabe incluso se hizo amigo de nuestro perro familiar y se unió con frecuencia a nuestros paseos.

En 2003, cuando Gabe cumplió siete años, el hospital comenzó a buscar un hogar permanente para él. En los últimos años, mi familia y yo nos habíamos encariñado tanto con Gabe que estábamos encantados de tener la oportunidad de invitarle a nuestra casa. No podíamos imaginarlo en otro lugar.

Bajo nuestro techo, la vida de Gabe ha florecido; sus días están llenos de actividades y oportunidades ilimitadas. Ha hecho muchos amigos, a los que suele invitar a fiestas en la piscina. Ha tenido la oportunidad de hacer viajes escolares a Sacramento; vacaciones familiares a Yellowstone y Las Vegas, Gabe pudo ver a su persona favorita de todos los tiempos, Barry Manilow.

En los últimos cinco años, Gabe ha aprendido a ser un niño, a vivir en una casa y lo que es tener familia y amigos que le quieran incondicionalmente. Ahora es el típico adolescente con muchos amigos y actividades escolares. A Gabe le gusta escuchar su iPod, ver películas y jugar a videojuegos. Más que nada, Gabe ama a los animales, especialmente a su labrador amarillo, Sunshine, que duerme a los pies de su cama todas las noches.

Gabe sigue sorprendiéndonos a todos con su constante positividad y su afán por vivir una vida llena de felicidad y alegría. Estoy muy agradecida por haber formado parte de su crecimiento personal.

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